Ves el cielo enfrente de ti
Y su cara es como una vela
Mancha de un blanco tan hermoso y pálido
Vagando una tarde por las calles de la angelópolis, vi en el suelo un objeto rojo intenso; bajé y era un sangriento y vivo corazón, no era un órgano hueco, así que lo recogí cuidadosamente. «Debe de habérsele perdido a alguna mujer», pensé al observar la blancura y delicada visceralidad que en el habitaba. Lo tome sin pensarlo dos veces y lo escondí bajo mis ropas, entonces con el pasar de los días, me dediqué a averiguar quién era la mujer que había dejado el corazón en la calle, al interrogarlo y explorarlo con mis dedos palpitaba como si estuviese dentro del pecho de su dueña, y así fue como se convirtió en un ritual, costumbre, habito de días y de noches. Y ese corazón sangriento y vivo que un día tomé, se transformó en la fórmula enriquecida de dos corazones complacientes de sus propios y mutuos aneurismas emocionales.
- aún te sigues preguntando por que soy celoso Fille Aux Cheveux de Lin ? -
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