(Cuento breve y muy pero muy nefasto )
Hacía tiempo que no venía a una tienda de estas – sabes ¿? -, solo Acepté entrar por cortesía, no porque me interesara, la verdad es que se me había olvidado que era visitar una tienda de estas, Caminamos unos cuantos metros y me encuentro con algunas muñecas. Las tenían sentadas en sillones con posturas relajadas. Su mirada -las hace parecer de fantasía, como hadas, como esas ilustraciones de hadas, sonriendo, dibujándote sus encantos, ese es el principal efecto que venia a mi mente cuando les veía.
Sentando, a la espera del desfile de toda esa amplia gama de muñecas – la verdad es que no sabia lo que estaba haciendo en ese lugar, dudando por momentos de mi presencia en aquella tienda, que poco a poco fue tornándose una gama muy animada.-
Derepente una vendedora se me acerco y me dijo -Aquí tengo algunas de las más vendidas. Nuestra variedad es muy amplia, en todo caso. ¿Qué es lo que buscas exactamente?
- Bueno...no lo se exactamente en este momento solo estoy mirando - respondí.
Minutos más tarde, llevaron a mi una de sus mejores piezas, Me fijo de cerca, y pareciera que me sonríe, tan tierna y delicadamente, sus ojos se mueven como observando mis pensamientos, es extremadamente bella… era divina, y como en todos estos casos, siempre pasa lo mismo... "cuando el hombre sustituye a Dios en la Providencia"... se encuentra con un reloj descompuesto y con un tremendo "exceso" de piezas.
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