Y 1556 la Nueva España lo miro nuevamente y por útima vez, efectivamente marchó a México donde se enamoró otra vez – uno se puede enamorar otra vez ¿? – bueno como sea, se enamoró d Leonor de Osma, y bajo su ventana fue herido de muerte por un rival celoso, Hernando de Nava, en 1557 y en donde creen… en Puebla de los Ángeles.
OJOS CLAROS Y SERENOS
Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquél que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.
-Gutierre de Cetina (1520-1557)-
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